Cuando las enfermedades crónicas atacan la vida de una persona, muchas veces incapacitan el andar cotidiano, y las actividades que uno ama pueden llegar a ser muy limitadas o incluso nulas, tan sólo queda el recuerdo de aquellos días en donde el dolor no agobiaba a todo momento, recuerdos que se anhelan… tan sólo por un segundo. Sigue leyendo