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“Estimado Raúl,
Gracias por escribirme y hacer preguntas interesantes. Si me lo permites, formularé mi respuesta como si se la fuera a platicar a mi nieto:
“Querido nieto, tú sabes que los humanos somos una especie increíble en este mundo, somos habitantes que tratamos de coexistir con todas las demás partes del planeta. Somos capaces de crear cosas extraordinarias y darle orden y sentido filosófico a nuestra existencia, y para ello las materializamos en forma de tradiciones y costumbres. Algunas muy buenas y hermosas, otras no tanto.
Debes saber, por ejemplo, que los mexicanos honran a la muerte y la ven con gracia y más como una amiga inseparable que como un mal global, eso les permite ver a sus muertos como personajes que nunca se han ido y que pueden convivir con dignidad y honradez. Esa es una costumbre hermosa de ellos. Pero los mexicanos también han hecho de la ignorancia una costumbre, y la tradición de ser apacibles y mansos es una pésima tradición que hiere a mucha gente a largo plazo.
Te puedo platicar de los españoles, que han enamorado al mundo con su flamenco y han hecho de la danza y el baile, una tradición divina que mezcla arte y pasión al mismo tiempo. Esa es una tradición hermosa. Pero los españoles tienen las corridas de toros, que aunque se esfuercen por hacerlo ver como una tradición, un arte o un entretenimiento, es más bien una cacería inhumana, despiadada, brutal y salvaje que habla muy mal de su inteligencia.
Y así llegamos a los japoneses, que, al igual que todas las razas y países en el mundo, tienen tradiciones buenas, dignas y que ensalzan la grandeza humana, y también otras que simplemente remarcan la ignorancia, la superstición y la destrucción de la que son capaces.
Todo se resume en la palabra “tradición” y la indiscutible diferenciación del bien y del mal. Una tradición debe ser conservada hasta el punto donde no se lastime a otras personas, porque cuando lo hace, se vuelve tiranía. Una costumbre debe ser promovida siempre y cuando sea cuestionada y se apegue a la evolución de los paradigmas y las normas sociales, de lo contrario se vuelve un delito.
Nietecito mío, una cosa que debes aprender es que saber diferenciar el bien y el mal, te hará el hombre más poderoso del mundo, porque sabrás vivir en paz de conciencia y en armonía con todos los que te rodean, o en total miseria humana y desesperanza moral. La elección es siempre de uno. Eso sí, siempre y todo el tiempo, primero conoce la cultura, conoce a las personas, encuentra sus razones, y júzgalas de acuerdo a la ética, a la bondad, al progreso, a la virtud, al bien común. Y claro, si en tu camino encuentras tradiciones equivocadas como la tauromaquia en España, o la falta de proactividad social en México, o la caza (aunque controlada) injustificada de delfines y ballenas en Japón, o cualquier otra que lastime a un ser vivo, puedes unirte a grupos de personas que como tú, están en pie de lucha para cambiar aquello que no nos dignifica como humanos. Tú tienes el poder de elegir, de cambiar las cosas, de comprometerte por tener un mundo más bueno, mejor.
Te quiere, tu abuelo.”
Espero que esto pueda ayudarte. Saludos cordiales.
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via: CalebMcGinnMusic.
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